Muy cerca de Es Castell encontramos la Cala de Sant Esteve, un pequeño puerto natural de aguas cristalinas sin arena de playa.
Es un lugar tranquilo, sin demasiada gente.
Si visitáis la cala, os recomendamos que aparquéis el coche en el primer aparcamiento y así podéis visitar la cala a pie, descubriendo cada rincón, cada detalle, las rocas, los pequeños embarcaderos, las casitas, el fuerte, la torre de defensa, las vistas al mar y a Sant Felip.
Desde la Cala de Sant Esteve empiezan algunas de las rutas más bonitas del Camí de Cavalls.
En este primer aparcamiento hay un bonito tramo de Cami de Cavalls por donde podemos ir para bajar hasta la cala.
A cada lado de la cala encontramos casitas, algunas en las rocas y otras rozando el mar.
La cala debe su nombre por ser el lugar donde desembarcaron las reliquias de San Esteban (Sant Esteve) en tiempos del obispo Severo en el siglo V, lo que dio lugar a gran número de conversiones en la colonia judía.
La Cala de Sant Esteve jugó un papel muy importante durante en siglo XVIII ya que sirvió para defender el puerto de Mahón.
Aquí encontramos el Fort de Marlborough (Fuerte de Marlborough), excavado en la roca y construido durante dominación británica por sir John Churchill, duque de Marlborough, entre 1710 y 1716.
Las dominaciones inglesas han marcado la cultura menorquina dejando en ella monumentos, vocabulario... Y uno de los monumentos es este fuerte.
Como ya hemos comentado, su finalidad era proteger el puerto de Mahón, ya que éste era muy codiciado por su situación geográfica y su fisonomía.
Fort de Marlborough posee contraminas, galerías subterráneas, salas excavadas en la roca, y un foso con la finalidad de proteger la zona central del recinto.
Hoy en día, el fuerte es un museo en el que podemos descubrir la forma de vida de los menorquines en la época británica (s. XVIII) con un montaje audiovisual. Como podéis deducir por las imágenes, nosotros fuimos fuera de temporada.
Al otro lado de la cala encontramos el Castell de Sant Felip (Castillo de San Felipe), mandado a construir en 1551 por el rey Felipe II y demolido en 1803 por los españoles.
Afortunadamente aún se pueden visitar algunas de sus galerías subterráneas que llegaron a tener mas de 8 km de longitud.
Otro paisaje que os puede llamar la atención es el que resulto de la extracción de piedra para la construcción del fuerte, dejando un paisaje de formas bien curiosas aún visibles.
Al final de la Cala de Sant Esteve encontramos una construcción que puede parecer una torre de defensa, pero en realidad es un horno de balas.
Más tarde, aunque en el mismo siglo, los ingleses construyeron esta torre defensiva, que une el fuerte por un camino.
La torre está situada en un pequeño cerro (turó) conocido como el Turó del Turc o Turó des Penjat.
La torre es conocida como Torre d´en Penjat, aunque también se la conoce como Torre Stuart, nombre del general que la mandó construir.