Follow my blog with Bloglovin El blog de Coches Menorca

domingo, 31 de mayo de 2015

Sant Lluís, el pueblo de los franceses


Sant Lluís es un pueblecito menorquín fundado por los franceses en honor al rey de francia Luis XV, durante su breve dominación (1756-1763) en la Garriga de Binifadet.


El inicio de las obras de la iglesia en 1761 puso fin a la disputa de los propietarios rurales con la administración francesa.
A su lado se construyeron viviendas, satisfaciendo las peticiones de los habitantes de la zona, siguiendo el trazado rectilíneo al estilo francés.
Este estilo son calles rectas cortadas por otras perpendiculares, incluyendo nombres a las calles, que aún se conservan como recuerdo de la fundación francesa del pueblo.



Los franceses no pudieron ver concluido su obra, ya que en 1763 tuvieron que devolver la isla a los británicos, en virtud del tratado de París.





El casco antiguo de Sant Lluís se caracteriza por sus calles rectas, con casas blancas y bajitas, algunas de ellas verdaderas joyas, la iglesia con su campanario de 31,5 metros de altura, el más alto de Menorca, también nos encontraremos un par de pozos y, sobretodo, por sus tres molinos situados en el mismo casco antiguo.



El Molí de Dalt es el que nos da la bienvenida ya que está situado en la entrada del pueblo. 
Este molino de viento harinero es el más antiguo de Sant Lluís y fue construido en 1762 por los franceses. Estuvo en funcionamiento hasta que en 1949 un fuerte viento de Tramontana lo hizo caer, siendo reconstruido en 1987.








El Molí d´Enmig fue construido en 1776, siendo también un molino de viento harinero hasta 1933, cuando fue transformado en un molino de fuego.




En 1780 se construyó el último molino, llamado Molí de Baix.
También sufrió las clemencias del clima menorquín, ya que en 1951 un cap de fibló (tromba de agua) le arrebató las aspas. Tras transformarlo en molino de fuego, estuvo en funcionamiento hasta la década de los setenta.



domingo, 24 de mayo de 2015

Cales Coves, aguas turquesa y cuevas prehistóricas


Alrededor de las aguas turquesa de Cales Coves encontramos la necrópolis talayótica más importante de Menorca. Esta se encuentra en las cuevas artificiales, talladas hace miles de años por nuestros antiguos, situadas en los acantilados altos y verticales del lugar, desde donde podremos disfrutar de unas espectaculares y bonitas vistas de la cala.


Encontramos Cales Coves en la costa sur de Menorca, entre Sant Climent y Alaior.
Como ya hemos mencionado su mayor singularidad son sus cuevas prehistóricas y su agua azul turquesa, en cambio la playa es pequeña y de piedras.



Las primeras cuevas son de la Época de Bronce y se usaron como sepulturas, ya en la Época del Hierro se combinaron el rito de sepultura con cal y cremaciones. También fue en esta época que se crearon en las cuevas unos patios exteriores delante de las fachadas.


Todo el material encontrado en las cuevas y en el fondo marino de la cala lo podremos encontrar en el Museo de Menorca.





Esta necrópolis talayótica estuvo activa hasta la conquista romana, aunque siguió siendo visitada como peregrinaje religioso. Testimonio de este hecho son las lápidas grabadas en la Cova d´es Jurat.


Por todo esto Cales Coves fue declarada Monumento Histórico Artístico en 1931.


Con los años las cuevas de Cales Coves han tenido diferentes usos, como por ejemplo refugio para los pescadores o como escondrijo para los contrabandistas.




En los años 60 Cales Coves fue ocupada por hippies provenientes en su mayoría de la Península, motivo por el cual los menorquines iniciaron una serie de quejas y protestas ya que los ocupas se habían apropiado de un patrimonio histórico público de gran valor.
Años después fueron desalojados y las cuevas fueron tapiadas con puertas metálicas.






domingo, 17 de mayo de 2015

Mahón británica

Boínder-en-Mahón

Hoy te proponemos un paseo por Mahón para descubrir la herencia que los británicos dejaron en la ciudad.


En especial nos centraremos en el elemento arquitectónico más característico de las fachadas del casco antiguo de Mahón: los boínders.


Durante el siglo XVIII, Menorca estuvo más de setenta años bajo el dominio de los británicos.
Estos años se dividen en tres períodos: 1708 a 1756, 1763 a 1782, y 1798 a 1802.
Durante estos años los británicos influyeron en la cultura, las tradiciones y la vida cotidiana de la isla, todavía presentes en nuestra cultura, incluidos vocablos menorquines de clara raíz inglesa.



Fueron los ingleses los que trasladaron la capital de Menorca de Ciudadela a Mahón, siendo esta la más influenciada y donde encontraremos elementos consello británico.








Las fachadas más características del casco antiguo de Mahón son las que tienen detalles típicamente ingleses como los boínders (bow window) o las ventanas de guillotina.



Un boínder es una balcón cubierto de ventanas o vidrieras, su objetivo principal es crear espacio y luminosidad a la habitación del interior.